sábado, 1 de marzo de 2014

entre el bien y el mal

!Entre el Bien y el Mal, hay una linde difícil de delimitar¡

Dios Momo, Carnaval de Cádiz 2014
Me expresaré sobre esta sentencia teniendo cuidado de no resbalar sobre las piedras  cubiertas de verdín húmedo que abrazan a la hermosa playa de La Caleta y que aquí quiero que representen este escabroso tema.

Hay en el saber popular, que es donde realmente reside la sabiduría del ser humano y donde los complejos dilemas se resuelven con y en lacónicos adagios, revelados por la experiencia de vida, trazada de paisajes y rasgaduras labradas en el corazón, un sinfín de argumentos y razonamientos sobre lo que está mal y lo que está bien, sobre quién obra de provecho y quién en detrimento.

Yo que no quiero ser juez ni fiscal, defensor o detractor, ni de unas ni de otras, centraré estas negras sobre blanco, no en la persona más débil pero, sí en la más torturada por sí misma a los ojos de mi corazón. Más, suscitado el capricho de plasmarlas por un  hermoso cuento oriental que recita así:

Noori, maestro espiritual, se retiró a su habitación con un extranjero que fue a visitarle. Ambos se lamentaron hasta sollozar juntos. Una vez el viajero marchó, Noori dijo a su discípulo: --¿Sabes quién era? Era el diablo. Me ha hablado extensamente de los servicios que ha prestado a Dios y que no le han sido recompensados, y del terrible sufrimiento que experimenta a causa de su separación del Señor. Y ha llorado y yo he llorado con él”. 

Nos señala y pone luz esta perla, muestra de ese discernir sencillo que te arrincona –“en una compleja aritmética de sumas y restas entre lealtades y vilezas” que decía Reverte- sobre el sufrimiento de las personas que ejercen el mal hacia el entorno que les rodea: el hijo hacia la madre, la amiga contra la amistad, el padre abusador o el asesino de su gordi.

No es que tenga yo una cierta blandura del espíritu ni sienta la necesidad de fundirme en un abrazo fraternal entre Caín y Abel. Ni quiero disculpar el delito infame que comete aquél que atenta contra la otra, lo que expreso es que hay personas que, alejadas de la paz, el equilibrio y la armonía, tripulantes de la sinrazón, cuando no, atados al remo en la galera del castigo y despegados del amor, no  viven sino que liquidan el tiempo e hipotecan su vida mientras en tanto la guadaña no les viene a recolectar.

Seres entre heredades sin dueños, aguas que corren por rincones oscuros de casapuertas donde se confunden sombras con desconchones, en portales a orillas de adoquinados resbaladizos -decía yo- en un espacio donde con enturbiada claridad no se distingue quienes son dignos de la compasión: si las doncellas o los bellacos o, también los bellacos.

3 comentarios:

  1. Con este titulo, que se aferra más a una novela de Dan Brown, quiero invitarles a leer una reflexión sobre el dolor del diablo.

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  2. que verdad es, que muchas veces señalamos con dedo acusador a una persona sin saber cuanto dolor oculto hay, sin excusar al asesino, al maltratador, etc.

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  3. Muy al hilo un libro precioso que se llama nuestros tiempos felices... recomendable y fácil su lectura

    Besitos

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