miércoles, 5 de marzo de 2014

Nada es para siempre


El pequeño o gran sufrimiento por el que me toca pasar ahora pronto quedará en el olvido.  Los ruidos de pasos y las voces oídas viajarán lejos y quedaran, distantes, atesoradas en el joyero de los recuerdos -a veces- otras veces, amontonadas en el desván de la memoria. Y esas voces que van y vienen ahora, incesantes, y los sentimientos grabados en la piel e impresos en el corazón de un compartir, a ratos, momentos, risas, lides, masajes y mesa, ya no coexistirán más. Tan solo las remembranzas, a la luz cenicienta, de imágenes, espacios u olores, o en conversaciones taciturnas que alimentaran el resueno de Estrella.
Te fuiste y no te acompañe de la mano como nos hubiera gustado a los dos. No obstante, hace unos días hablamos y pudimos despedirnos, una vez más. Pero fue la última y ambos lo sabíamos, lo supimos siempre, que faltaba poco, que te irías antes que yo llegará. Y ya descansaste Estrella.
La vida te mordía con la saña del lobo. Una vida que me relataste, que no fue cómoda, todo lo opuesto, una grotesca comedia dramática. Una vida de sin sabores, cargada de silencios de la muerte, como presagio de una vida lacónica. Así fue, Estrella, te fuiste joven y castigada.
Ahora no, Estrella, ahora no puedo recordar los buenos momentos, ahora toca llorarte. Aun queriendo, trato de recordar las alegrías y los momentos convividos y me surge la queja y el grito por lo injusta que ha sido tu vida.
No seré ruin, ni cederé ante ningún otro sentimiento fácil. No haré caso a rumores ni te criticaré, esté con quien esté y sea donde sea. No seré negativo a la hora de buscar tu resonancia y me envolveré de personas que me aporten experiencias, conocimientos y valores que me enriquezcan tu memoria –ya lo infausto  e infernal, tú, me lo contaste-.
Un primer adiós Estrella, porque ayer nos dejaste y hoy me pesa tu ausencia, atado de leña de monte sobre mis hombros. Un primer adiós porque vendrá una despedida más dura, si cabe, el día que vuelva a pisar la que fue tu casa estos últimos años y es la casa dónde te conocí y te acompañe.

Adiós Estrella, que la Fuente del Amor y el Consuelo que tanto buscaste en tu vida te sea ahora revelada y calme tu sed!!
La llorona, Chavela Vargas

1 comentario:

  1. Hola Juan Carlos,un homenaje precioso,seguro,para un Ser humano precioso.Tus palabras dejan sentir el dolor de un amigo,amigo de sus amigos.Seguro que Estrella ya las habrá leído, y estará presumiendo de éste escrito,que un gaditano generoso lleno de amor y cariño,le dedica con esmero,y con una pluma de envidia,a su nombre y a ese sitio,
    que por la muerte caprichosa,hoy se encuentra vacío

    Me sumo a tu dolor y rezo por Estrella.

    Abrazos

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