viernes, 6 de febrero de 2015

el concepto arte sXXI

pedal desconectado ©jccanto
Yo pienso que, a todas nos cautiva y embelesa que otras personas descubran y contemplen el arte allí donde nosotras lo percibimos. Quizás no sean los términos “cautivar y embelesar” los más apropiado en todos los casos, pero sí que nos da un pellizco al orgullo y el ego se eleva. Sin embargo, cada cual, con su vivencia memorizada, interpreta y da una lectura a lo que es arte y lo que no lo es.

Yo podría, acaso, haber recibido una mala o buena educación respecto del concepto arte y no entenderlo o sí. Por lo tanto, que no me digan, como una verdad absoluta, que el arte se educa, se aprende en el seno de la familia o en la escuela o que viene en los genes. Hoy en día, el arte, el del siglo XXI, es fruto del libre albedrío, fuera de los cánones establecidos, de definir como arte aquello que estamos percibiendo por los sentidos. Entonces ocurre que lo que para unas es arte, para otras, incluso si me apuran, es un surtidor de agua hirviendo. Incluso en el imaginario colectivo ya no sólo que no es arte sino que el arte, constatable en los archivos, hemerotecas o museos es muy distinto.

El arte es, puedo decir yo, subjetivo. Nosotras influenciadas por nuestros deseos, intereses, sentimientos, modos de pensar, cultura, creencias… estaremos en poder de crear y/o admirar el arte, desde nuestra visión del universo. Eso no nos lo puede negar nadie. Ni nos podrán convencer de lo opuesto. Y creo que lo que no nos gusta como arte, es que sea contrario a nuestro arte. Entonces, aceptar esto significa admitir, sin irritación, que el arte tiene tantas fisonomías como juicios lo crean.

Por último, quiero analizar, fugazmente, la experiencia del arte constitutiva del conjunto de los seres humanos. En primer lugar, la experiencia del arte no es originaría¹  y tiene mucho que ver con la necesidad conjugada en primera persona. En segundo lugar, el arte no es reductible a la religión, ni al derecho ni a la teocracia, quién nos pide cuenta del arte es la necesidad de trascender. De ello, la persona artista es aquella que busca la mejor manera de dar respuesta a la trascendencia. Y, ¿de quién? –a ella misma y a los otros seres humanos (el arte que es público). Me surgen aquí dos dimensiones externas: una es la de responder ante otros/as; la otra, las consecuencias individuales de transgredir.

"La pureza y sencillez del arte rara vez es pura y nunca es sencilla." Autor desconocido

¹una experiencia originaría no deriva de otra, como por ej: el parto, los colores del arcoíris, enamorarse,… o se tiene o no se tiene.



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