Si bien es cierto que, con
las capacidades, conocimientos y recursos de que dispone la medicina científica, hoy en día, el diagnóstico
y pronóstico de cáncer es muy certero, aludiendo a lo meramente científico y basados
en la estadística y experiencia en el entorno sanitario. Con lo que no cuenta
la medicina científica es con el potencial de la persona que padece la
enfermedad (que ellos si conocen y de la que ellos son doctos).
Ante un diagnóstico y pronóstico
de cáncer cabe la posibilidad de actuar, no desde fuera del sistema
sanitario, sino paralelamente y en asociación con este. La persona afectada
puede hacer mucho y son incontables, incluso, las recuperaciones de la salud en casos
desahuciados por la medicina por la implicación del paciente, no como mero ejecutor
de un mandato médico y receptor de un tratamiento sino como protagonista de lo que le esta
pasando. No estoy hablando de milagros venidos de la mano divina por el mero
hecho de pedir a Dios, a la Energía Universal, a… de que llegue la cura. Estoy
hablando del restablecimiento de la salud como resultado de la responsabilidad
por parte de la persona de su enfermedad, de su voluntad de vivir, de su capacidad de
resiliencia, de su empoderamiento del ser, de -tomar las riendas de su situación-.
Las personas diagnosticadas de cáncer
(o de cualquier otra patología) podemos hacer mucho más de lo que creemos y nos
dicen los médicos (Sanidad, SNS). Solo necesitamos estar bien informados y
formados. Sí quiero reparar una lavadora, necesito saber qué es y cómo
funciona su maquina. Es igual para nuestro cuerpo. Necesito saber qué es el cáncer, porqué
se ha hecho presente en mí y qué esta provocando en mi cuerpo, en mi vida. Yendo
más allá del prospecto (concepto médico-científico).
El cáncer es una enfermedad y
conlleva unas repercusiones bio-psico-sociales. Esto nos dice que cuando la persona enferma necesita restablecer su salud, ha de restablecer el equilibrio entre las tres dimensiones
(biológica, emocional y social).
Por tanto, el tratamiento de la
enfermedad, no puede ser entendido unidimensionalmente y reducido únicamente a
la recuperación de un funcionamiento biológico correcto. Y, aquí entra en juego
la persona enferma y su entorno, el cercano y el no tan cercano (la pareja, los
padres, la familia, las amistades, la vecindad y la sociedad en su conjunto).
Es, a mi modo de ver, una
imprudencia dejar solo en manos de otros lo que esta afectando a nuestro
cuerpo, a nuestra vida. Para mí la enfermedad, mi enfermedad es algo mío y soy
yo quien tiene que gestionarla. Sí, voy a necesitar de los profesionales, sin
embargo no quiere decir que sean ellos los que hagan todo el trabajo. La mayor
parte de la sanación esta en mis manos. Y, en gran medida, el compromiso de la
persona con ella misma y en alianza con sus médicos, enfermeros y cuidadores es
crucial para recuperar la salud total. Cambiar la mirada y verlo desde nuestro lado: no es la medicina quien nos cura sino nosotros que nos sanamos y para ello podemos recurrir a la medicina como herramienta.
En definitiva quiero llegar a que “Hay un compromiso ineludible con
mi vida y es: yo cuidarla, haciéndome cargo de ella”. Al igual que el panadero, he de meter las manos en la masa y mancharmelas de harina.
Biografía:
-¡Dejad que los pacientes ayuden! “e-Patient Dave” deBronkart
Si necesitas conocer más sobre cáncer y saber que dicen otras
personas, pacientes o profesionales sobre ello puedes consultar las siguientes
web:
e-paciente http://www.epatientdave.com/
Escuela de Pacientes http://www.escueladepacientes.es/ui/index.aspx
Onconocimiento http://www.onconocimiento.net/
Asociación Española Contra el Cáncer https://www.aecc.es/Paginas/PaginaPrincipal.aspx
Instituto Nacional del Cáncer http://www.cancer.gov/espanol
Instituto Nacional del Cáncer http://www.cancer.gov/espanol
Estoy muy de acuerdo contigo Juan Carlos. El cuerpo sintomatiza a veces dolencias y enfermedades de origen emocional, mental, etc. y, si bien -como dices- es muy útil recurrir a la ayuda de los y las profesionales de la medicina, no debemos ampararnos exclusivamente en ell@s, acercándonos a la enfermedad, sea cual sea, de manera holística, siendo conscientes de que somos un todo y de que nuestra salud es, antes que de ninguna otra persona, responsabilidad nuestra. Un abrazo muy fuerte... desde México :)
ResponderEliminarGracias Elvira, por estar atenta a la lectura de mis reflexiones y por opinar.
EliminarEs así, pienso que la enfermedad tiene, también un origen emocional y defiendo la sanación atendiendo el cuerpo como parte de un todo, de nuestro ser, desde todos los aspectos que nos definen: somos seres sociales, somos energía, somos espiritualidad, somos biología, somos parte de un ser colectivo, somos humanos, somos psique, somos mente errónea y somos vehículo que experimenta el amor rodando por la vida en aquellas carreteras que nos indica una ruta previamente diseñada y aún así, optativa.
Mucho por compartir sobre este tema. Será y se dará...
gracias!!