lunes, 14 de abril de 2014

Decalogo para la salud sexual, una experiencia religiosa

En Cádiz, de la mano de mis compañeras Ana y Mª José -tanto monta, monta tanto-, por un lado y, en San Fernando, con Mila, Mari Pepa y Esther por otro,  hemos realizado sendos talleres de Sexualidad y Enfermedad Crónica. Talleres desarrollados, cada uno, en tres sesiones divertidas, tres sesiones enriquecedoras, tres sesiones de gravitante importancia para nuestra experiencia y la de los asistentes. Unos talleres donde ha habido cadencia, ritmo, ruido y, también, silencios para escuchar.

Con estos talleres hemos percibido lo agradable de satisfacer al conocimiento, pero que placer vernos satisfaciéndolo.

En la vida hay momentos en los que hay que improvisar, enfrentarte a ellos sin prejuicios y vivirlos como oportunidades de no hacer el ridículo. Y así ha sido en estos talleres con una temática peliaguda por lo tabú de la palabra “sexualidad”.

En estos talleres hemos aprendimos y transmitido que la sexualidad se conjuga con los verbos comunicar,  escuchar, sentir y compartir.

La sexualidad bien entendida no es un abandono a la atracción puramente física sino una aceptación del “yo nada vi, yo nada hable, yo nada oí y yo nada sé” de la que nos cantaba el Barberillo de Lavapiés y que yo aludo a un dejarse llevar por el asombro de la experiencia no vivida y deseada que se experimenta en la infancia, sin distorsiones.

La sexualidad con intención de acoger y voluntad de entender al otro/a, en la pareja, en la amistad y/o en la consanguineidad satisfaciendo su necesidad de saciar la sed de piel.
Una sexualidad, esta que mostramos, donde es conveniente posarse con tranquilidad fijando la mirada en la fuerza brutal que desencadena en pro de la salud. Atendiendo y prestando el sentir de nuestra caja de resonancia a la música de fondo. Y, que una vez colamada su sed con cálidas y limpias aguas nos hará reposar a la sombra del amor maduro.

Para acabar este post quiero, parafraseando el “decálogo para la felicidad” del profesor José Antonio Hernández Guerrero, compartir este decálogo para la salud sexual:

 DECÁLOGO PARA LA SALUD SEXUAL
1.- La salud sexual es un estado de ánimo que, en más de un noventa por ciento, depende del propio sujeto.
2.- La salud sexual se logra, sobre todo, viviendo intensamente el presente.
3.- Una condición imprescindible para la salud sexual es asumir serenamente la realidad.
4.- El pasado sólo vale en la medida en que sirve para alimentar el presente.
5.- Proyectar el futuro sólo ayuda si estimula el presente.
6.- La salud sexual es una meta que se alcanza mediante el empleo de métodos, de técnicas y de                         instrumentos adecuados.
7.- Más que presumiendo de virtudes y alardeando de valores, la salud sexual se logra aceptando las                 limitaciones.
8.- Descubrir las lecciones de los errores cometidos evita frustraciones y estimula la salud sexual.
9.- Reconocer la importancia de los otros aumenta la propia salud sexual.
10.- Más que lo que se tiene, la salud sexual la proporciona lo que se comparte.

Mi agradecimiento a Don Manuel Lucas Matheu y a la Escuela de Pacientes!!

https://www.youtube.com/watch?v=3DV57Y4tEAM

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