sábado, 8 de febrero de 2014

la vida en colores


Doble arcoíris en Casa Samuel, Salamanca, Agosto'13
La vida se muestra como una paleta donde mezclar y experimentar en diferentes espectros y con desiguales colores y tonalidades para convocar al creador como guante para los dedos y fusionarnos con ella en un arcoíris no siempre visible o en ocasiones duplicado. En una vida que se nos antoja gris o multicolor, según el prisma del cristal de las gafas con que la miremos, la paleta nos permite cada día conjugar momentos y escenarios con circunstancias y realidades para ir estampando a antojo, a veces sin prevaricación, el lienzo (nuestra existencia).

Según el escritor Británico de libros de autoayuda Adam J Jackson "La actitud es el pincel con el que la mente colorea nuestra vida y somos nosotros quienes elegimos los colores".

No obstante pienso yo que, aun así, no depende de nosotros la coloración de nuestra vida sino que es la VIDA la que, a la hora de nosotros combinar los colores, aplica en la formula su factor constituyente. Porque no es que nosotros seamos los ejecutores al abrir el abanico de matices de nuestra vida, sino que es la VIDA la que nos revuelve y menea la cubeta de esmaltes que tiñen nuestro deslizar por ella.

Así, la rueda de colores que se nos va revelando a lo largo de los días viene de un plano ajeno y distante a nuestra mano y que las pinceladas que surgen brotan de una fuente, no extraña pero sí exótica, divina o espiritual de la que no tenemos toda la capacidad mental e intelectual de controlar para abrir o cerrar el grifo a nuestro capricho o necesidad.

Una vida mostrada en tinturas que en ocasiones se nos antoja abstracta o desnaturalizada, fruto de la verdad trucada con que tergiversamos nuestro transitar por ella. Más, diría yo, movida o removida por los pensamientos y las emociones, indistintamente o al unísono, sin equilibrio en la obra. Conjugando tintes antagónicos y coopositores que nos perfilan gárgolas grotescas, desdibujando nuestro verdadero yo.

Por otra parte, cuando la paleta, los pigmentos y el pincel, capitaneados por la mano que los amalgama, se abrazan en una combinación promiscua llena de vitalidad y luz, donde las sombras cumplen su cometido y los brillos ensalzan los rostros, así los colores se realzan y se antojan estos ir cogidos de la mano.

Y es entonces que la vida cobra sentido. Que el color de fondo pone en relieve al objeto elevado de la pintura que este es centro del meollo y corazón subordinado de la VIDA con mayúsculas. Es cuando el tapiz que es nuestra existencia cobra belleza, detalle y elegancia. Se da, nuestra vida en colores.


1 comentario:

  1. Alejandra Jara M.3 de marzo de 2014, 9:22

    Muy bonito he interesante todo lo que escribes parece que te sale del alma... saludos
    Alejandra. Jara M.

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