sábado, 29 de diciembre de 2012

retrato a La Viña




El barrio de La Viña, situado al suroeste del centro de la capital gaditana. La viña un barrio de pescadores, un barrio obrero. El barrio por antonomasia del carnaval gaditano. Se le reconoce el merito de ser la cuna de las alegrías y los tanguillos, además de la meca del carnaval: la fiesta más popular. Sus gentes son la esencia de la idiosincrasia gaditana. Gentes de calle, sus casas abiertas lo demuestran. Visitar Cádiz y no pasear por la calle de La Palma y la Plazoleta del Tío de la Tiza que juntas conforman el centro turístico con sus callejuelas adyacentes llenas de vida, tipismo, sencillez y muy pintorescas, es no haber estado en Cádiz.

El paisaje del barrio lo componen varias piezas arquitectónicas construidas con piedra ostionera sacadas de las canteras del mar: La Iglesia de La Palma, de dónde salió el estandarte de la Virgen que freno las aguas del maremoto ocurrido en 1755, fruto del terremoto de Lisboa, salvando al barrio y la ciudad de Cádiz de perecer bajo las aguas, según cuenta la historia y se refleja en un cuadro conmemorativo en la fachada junto a la tasca Casa Fernando. Y, La Iglesia de Santa Catalina (de Capuchinos, según los viñeros) donde poder contemplar la última obra inacabada (acabada por un discípulo) del célebre pintor Murillo. La leyenda de su muerte, tal como la refiere Antonio Palomino, se habría producido como consecuencia de una caída del andamio cuando pintaba en el convento gaditano de los Capuchinos el cuadro grande de los Desposorios de Santa Catalina. Los castillos de San Sebastián y Santa Catalina. Ambas fortificaciones, secciones claves de las defensas de la ciudad, desde donde se puede disfrutar de atardeceres de ensueño que enamoran a propios y extraños. El baluarte de los Mártires y el de Los Capuchinos. También, piezas claves de las defensas que desde donde, junto a otros: San Pedro, San Pablo y La Candelaria, se ocasionó más daño a la Armada inglesa del Conde de Essex en la invasión de Cádiz en 1556. Ahora, reconvertidos, uno en guardería infantil y el otro en centro de eventos, marco privilegiado, al sur de La Caleta, para celebraciones de bodas. 
El Balneario de Nuestra Señora de La Palma y El Real, antiguos baños, edificio blanco sobre la playa de La Caleta. Silueta única sobre la que es la playa de los viñeros: La Caleta, playa familiar, perla de los gaditanos y gaditanas, musa de los autores de carnaval de los que destaca el mítico Paco Alba.


Y es que la Viña, barrio popular, alegre, de sinuosas y estrechas calles empedradas, casas de vecinos antiguas con patios donde se respira el Cádiz más castizo, es lugar para visitar y vivirlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario