sábado, 2 de julio de 2016

la medicina tiene alternativa, medicina convencional vs medicina complementaria

con la medida justa el corte es perfecto,
Rosa Olea. ¿A cuánto el género?
exposición en el exterior
del Mercado de Abastos de Cádiz
Para situarnos:

Marilo Montero, presentadora del programa tv “Saber Vivir”, afirmo que oler limones previene el Cáncer.

En la publicación El País, en su editorial sobre Salud, el bioquímico Mulet, autor del libro “la medicina sin engaños” publica un artículo con el título: “la medicina no tiene alternativa”.

Y viene a decir que, “el perfil de los pacientes que recurren a la pseudomedicina no tiene que ver con aspectos económicos o culturales, sino con la capacidad de sugestión en personas psicológicamente vulnerables que buscan referentes motivados por factores diversos: por contraposición a la industria médica y farmacéutica, por la necesidad de encontrar una trato humano y afecto en la consulta, por el consejo del boca a boca, por las tendencias y/o modas de los famosos o, por desesperación”.

Aunque, quizás, no iba por aquí el artículo, yo me pregunto, cuando menos: “¿si te sientes defraudada, abandonada, engañada o desahuciada por la medicina convencional y la industria farmacéutica no es licito buscar la salud por otros canales? ¿si no te tratan como persona no es normal que se busque la humanidad en otras puertas? ¿si estas desesperadas, qué haces, te quedas en casa y esperas tu final?

¿Sobre qué estamos hablando?

“La gran empresa de la inteligencia creadora es perseguir el dolor hasta su madriguera” Javier Gomá, en “Necesario pero Imposible” de la Tetralogía de la Ejemplaridad. Yo le parafraseo y digo: “la gran empresa de la medicina es perseguir el dolor hasta su madriguera”.

Y pienso que, la llamada “medicina convencional” ha convertido al ser humano en un conglomerado de órganos y cada uno de los cuales tiene su especialista. Empero de la persona enferma no se ocupa nadie. Una medicina convencional con conocimientos científicos y tratamientos para el dolor que rayan la eficacia total. Sin embargo, no llega a paliar algunos dolores y síntomas, al menos sin tratar con alta toxicidad, específicos y singulares provocados por las enfermedades agrupadas en el término “cáncer”.  El dolor que produce el cáncer es holístico. Es un dolor que abarcaba el cuerpo, el mundo emocional y el universo mental. Decía Tagore que “El que se ocupa demasiado en hacer el bien, nunca encuentra tiempo para ser bueno”. Así es la medicina convencional una inteligencia completamente lógica, como un cuchillo sin mango que puede herir a quien lo toca.

Pese a todo los avances y nuevos enfoques, todavía impera un modelo de cuidar y curar desde la carencia y no desde las capacidades de la persona.

Al “no existir” trabajos de investigación basados en la evidencia científica que justifiquen tratamientos complementarios, el uso de los mismos queda sujeto a la libre elección del oncólogo y por tanto sujeto a diferentes interpretaciones de los valores y capacidades de la persona paciente y en función de las capacidades y conocimientos del profesional al respecto de tratar con o sin “complementos”.

Según los 4 Principios del a Bioética: Maleficencia, No Maleficencia, Autonomía y Justicia.

El oncólogo a de potenciar la AUTONOMIA del paciente favoreciendo la toma de decisiones emancipada y, a su vez, fundamentar el Principio de BENEFICENCIA desde su papel de profesional como asesor y acompañante en todo el proceso de la enfermedad. Atendiendo las necesidades que requiere cubrir la persona desde la profundización en la Ética de Máximos y de la moral individual.

¿Hacia dónde podemos mirar?

Aquí, en el espacio vacío entre lo científico y la persona humana, es donde otras maneras de practicar la medicina tienen su cabida, las llamadas “medicinas complementarias”. Reiki, acupuntura, homeopatía, shiatsu, yoga, relajación y meditación, herboristería, aromaterapia,  etc, etc… Cumplen una labor esencial en el control de síntomas y paliar efectos secundarios de la medicina convencional en procesos oncológicos.

Existe evidencia suficiente que avalan los beneficios de conjugar medicina convencional con otras medicinas. NCI tiene resúmenes de PDQ que se basan en la evidencia para las terapias integrales, alternativas y complementarias.

También podemos atender que, según la Doctora Eugenia Chan, en su estudio sobre “la calidad de la eficacia de investigación en MCA” dice: “que en un estudio realizado en EEUU en 1993 un tercio de la población utilizaba alguna de las formas de medicina no convencional. Ella repite ese estudio y la prevalencia alcanza un 62% de la población. Y, quedando claro que los usuarios no son especialmente contrarios a la atención convencional, pero tienen un enfoque más holístico de la salud o simplemente optan por múltiples opciones de tratamiento”. Afirma, “la MCA se ha convertido en Complementario, Integral e Integrador”.

Otros estudios en esta línea como el de Edzar Ernest, médico alemán, 2003, en la Revista Médica de Australia, repite estos mismos datos. Barnes en 2004, publica en NCCAM que en el último año el 36% de la población que necesito tratamiento médico acudió, también a la MCyA. Ya, en 1998, Astin en un mismo estudio reflejaba el 40%.

Qué ofrece la MCyA:

·         Más participación activa de las personas pacientes.
·         Métodos para el manejo del dolor
·         Remedios a preocupaciones especificas
·         Servicios sanitarios preventivos
·         Cuidados paliativos
·         Reducción de estrés en todo el proceso
·         Etc, etc.

Extraído de argumentaciones ofrecidas por Michalsen en 2003 o Berga en 2003 avaladas por 370.000 artículos publicados en revistas médico-cientificas entre principios de los 90 y 2002.

El Instituto Nacional del Cáncer de EEUU provee de una base de datos médicos PDQ que define como “fuente de información fiable y exacta”, para la consulta tanto de pacientes como de profesionales de información basada en la “evidencia” sobre las terapias MCyA.

Lista:

·         Acupuntura
·         Aromaterapia y aceites esenciales
·         Nutrición y complementos alimenticios, cáncer de próstata
·         Cannabis y canabinoides
·         Coenzima Q10
·         Vitamina C
·         Extractos de muérdago
·         Etc, etc.

La llamada “medicina integrativa” que agrupa todos estos recursos médicos en favor de la salud de la persona a tratar, poniendo a esta en el centro como un ente holístico, una persona con múltiples aspectos a cuidar y no solo un órgano afectado de cáncer (cáncer de mama, cáncer de colon, etc.) No todas las personas reaccionan de la misma manera ni desarrollan de la misma manera la enfermedad y esto depende de infinitas variables como la situación personal, la capacidad de resiliencia, el código postal, la mayor o menor tolerancia del dolor o de la absorción de tratamientos, los conocimientos previos de la enfermedad, la cultura o las creencias, etc., etc., etc. Por ello, según casos y personas enfermas, concretando, se pueden elaborar planes de actuación para tratar el desequilibrio de salud que sufra la persona paciente, acudiendo a los recursos fiables existentes. Una máxima que la profesión de oncología, y la comunidad médica en general, no puede ni debe obviar en pos de la persona que solicita su ayuda para restablecer su salud.

¿Dónde queremos estar?

En primer lugar, despejar tres territorios claves:

1º el Curanderismo, donde convergen la curación por la Fe, las tradiciones ancestrales y las culturas tribales.
2º la Avaricia Humana, el negocio en tres marcos: el de las personas, el de las marcas y el de las farmacéuticas.
3º la Estupidez Humana.

Expuesto esto, queremos estar en la Medicina Integrativa. Todo un método de atención que incluye la mente, el cuerpo y el espíritu de la persona paciente. Combinando la medicina convencional con prácticas de medicina complementaria y alternativa.

Incluir en el diseño y cartera de servicios del Sistema de Salud la dimensión de la atención integral es una exigencia cada vez más ineludible y nosotras mismas no podemos obviarlo.

Referencias y enlaces:



¡Y ojo! “lo natural no significa que no haga daño”.


7 comentarios:

  1. Excelente y completísimo artículo, Juan Carlos. Como bien dices, no se trata de rechazar sino de aceptar, de integrar, de ahí que el término preciso sea "medicina integrativa". La medicina convencional carece demasiadas veces de humanidad y es esta, la medicina ortodoxa, la que tendría que hacer una autocrítica y ver qué están haciendo mal para que las personas no confíen en ella y sus profesionales sin más. Profesionales con muchísimo conocimiento que al ver al paciente como un órgano enfermo en lugar de a personas con fuerzas, recursos y potenciales no llegan a conectar de persona a persona. Comprendo que es un trabajo duro, pero no debemos despojar de humanidad a ninguna profsión y menos a esta porque trata con personas en el momento en el que más vulnerables se encuentran y más apoyo y comprensión necesitan.

    ResponderEliminar
  2. Gracias Elvira! así es: personas vulnerables en busca de ayuda. Es la definición más acertada de una persona paciente oncológico. Así pues, el personal sanitario, no solo por su compromiso asumido libremente de asistir a las personas enfermas, sino por ética y moral, deben acompañar a las personas que llegan hasta ellas en su unidad y no por partes. Atendiendo y acudiendo a los recursos existentes y a su alcance y/o derivar hacia otras vías de sanación sin abandonarles por no compartir o no comprender, como ocurre en muchos casos.

    ResponderEliminar
  3. Comparto tu punto de vista y que estoy viva por la medicina alternativa y podría estar muerta si hubiese seguido las pautas de la medicina alopática( hospitales,urgencias...)
    Comprendo que dichos medicamentos farmacéuticos habrá que recetarlos pero respetando el principio que cada enfermo es un ser con características propias y peculiares que reclama por tanto su propio medicamento y su dosis personal, pretensión muy alejada de la,realidad practicada en la sanidad actual que se rige por protocolos estándares, dosis generales y genéricos...olvidando que no existen las enfermedades sino personas enfermas. También quiero resaltar, que en los laboratorios las pruebas finales de los medicamentos se realuzan con hombres, obviando que un cuerpo femenino es distinto a un cuerpo masculino y ante esta,realidad , yo mujer, me pregunto: ? Que fiabilidad tienen esas pruebas en cuanto a su efectos o dosis? Como también lanzó un grito de dolor y exclamo: ! Hasta cuando la mujer dejara de ser un ser invisible sobre el cual se plasmen discriminaciones como la expuesta anteriormente ? Porque hablamos de salud, realidad muy seria.
    Gracias Juan Carlos por tu sensibilidad y por estar en la vida,de muchas personas a través de tus experiencias.

    ResponderEliminar
  4. Juan Carlos te ruego borres el primer comentario y solo dejes solo el segundo. Gracias

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Gracias Juana! Borrado queda. Y, ¡gracias por tu comentario! Es curioso lo de las farmacéuticas que merecen no un solo artículo sino un compendio y una denuncia universal. No me cabe duda que la sociedad avanzada depende de ella, que es una sociedad medicamentada y medicamentosa en exceso y en muchos casos sin criterio individual, como apuntas en tu comentario. No obstante, no soy una loca y puedo reconocer que bien utilizada la farmacología es una herramienta útil, siempre ha existido y todas las culturas y sociedades la tienen más o menos natural y toxica. Depende de nuestro criterio personal elegir cómo y con qué queremos tratar nuestros desequilibrios de salud, empero para ello necesitamos ser conscientes y estar formadas e informadas. En esto juegan un papel importantísimo la comunidad medica.
      Besos Juana!

      Eliminar
  5. Muy buenos días Juan Carlos, excelente el tema que has tomado como referencia para tus reflexiones telúricas.

    Cada día se hace más necesaria esa conciencia amplificada que deje al descubierto la idiotez programada.

    Un fuerte y sincero abrazo.

    NAMASTE

    ResponderEliminar
  6. Un artículo muy interesante. Estoy plenamente de acuerdo con que la medicina convencional se queda muy corta y muy lejos de la completa asistencia al enfermo y sobre todo porque muy a menudo se cierra en banda a recibir el apoyo de las medicinas complementarias. Es bueno y necesario que estemos informados que se puede alcanzar la salud plena con la cooperación de todas.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar