miércoles, 20 de noviembre de 2013

Estamos embarazados

¡Enhorabuena! Le dije a un amigo que me transmitió su “estado de buena esperanza”. Ella, su pareja, está preñada. Una nueva vida se ha concebido y late en el vientre de esta mujer que ya se siente madre, junto a su chico, mi buen amigo, que ya se siente padre.

Esta misma mañana una mujer curtida ya por el paso inexorable de la vida alardeaba de haber dado a luz a doce retoños, “seis hembras y siete varones. Y esta que está aquí conmigo es la más chica de las niñas” (!no, no hay una errata¡ así lo expreso ella con sus matemáticas) nos relataba orgullosa de la crianza que les dio y lo bien agradecidos que le han sido. 

Hoy día la “aventura” de la concepción es una decisión que necesita de no pocas horas, días, meses e incluso años de reflexión. No son pocas las parejas que calculan, con vara milimetrada, el momento para la concepción o, la no concepción. El conteo de los días menstruales, el periodo de ovulación y/o la temperatura vaginal, entre otros, son señales y secretos que ayudan a las parejas en alcanzar la puerta buscada, la llave que abre el portal a la vida.

Dicen que la visita de la cigüeña a la cuna de la pareja es, en lo profundo, el génesis de la relación. Que la constitución de pareja viene de la necesidad de crear vida. A partir de aquí, pasamos de ser dos seres compartiendo existencia, biografía e historia a trascender hacia un proyecto común. Un nuevo ser fruto del amor que contiene nuestros deseos, aspiraciones, ideales,  presupuestos, expectativas y sueños. Una vida que emana, también, del afán de expandirnos, de engendrar para la esperanza. La esperanza de que tras nuestra partida quede en la tierra nuestro legado, nuestros genes, nuestra herencia.

De aquí, si lo que buscamos es ser padres y el predictor nos es favorable se alcanza un punto de felicidad que si no lo contamos explotamos. Y comienza la singladura de recitarlo a los cuatro vientos. Porque la felicidad en tal magnitud hay que exteriorizarla y repartirla ya que de lo contrario se nos atraganta.

Entonces,

¡Enhorabuena, Progenitores, que esta venturosa preñez traiga a vuestra vida, aquello, que vuestros corazones anhelan!



1 comentario:

  1. Además, con este post quiero hacer referencia a mis dos sobrinas y un sobrino que de igual manera están a la espera de coger entre sus brazos a su retoño.
    felicidades!! mis mamis y mis papis

    ResponderEliminar