Una fiesta el día de la movilización
Daniel Sabater
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Maldito escalón. La gigantesca
diferencia entre las personas. Desatinada parodia en la dura roca de la
existencia femenina. Una grada privada de todo sentido a cuyos brazos recamados
acude la masculinidad privada de razón. Una versión malsana del abultado ego fantasmagórico
de sociedades machistas que se encaraman a un peldaño manchado de toda
perversión en las formas más ridículas de la impostura. Subirse a su pedestal es
como bajarse al vientre de su metamorfosis. Un escalón que se cuenta desde la amargura
absoluta en un ciclo infinito y absurdo de ignorancia de la otra. Una historia
lineal despejada de toda realidad relacional entre personas, regada de miedos
por lo diferente. Un estribo a la sombra de la envidia enterrado en el
pensamiento colectivo con el silencio como cómplice. Hoy más que nunca, en la
ejemplaridad publica, lo necesario es posible en una secuencia de cuestiones
subconscientes que proponernos a nosotras mismas. Una responsabilidad de
hacernos conscientes de un propósito vital: naufragar en el océano de la
comprensión de que todas somos iguales. Han pasado miles de años desde que
estamos juntas y la vida nos necesita a todas en la forma singular y exacta, hábiles
y fecundas. Es hora de arriesgar y tensar el arco de las relaciones humanas, de
espiar los pecados del hombre hacia la mujer: la inconciencia, la impostura, el
miedo y la violencia. Tiempo de demoler el maldito escalón corporal, emocional, espiritual, social
y mental descabalgando a los cuatro jinetes que han mantenido durante
generaciones la República Aristocrática del Privilegio Masculino: la educación,
el sexo, la cultura y la religión.
Muy buenos días Juan Carlos, una vez más puedo ver como la conciencia se abre paso en la gramática y armoniza
ResponderEliminarlos verbos en su tiempo correcto y sobre todo responden a un dictado impulsado y alimentado por un alma que
presiente que siempre fue materia estelar de viaje por esta planeta agua.
Un fuerte y sincero abrazo desde Sirio
NAMASTE
http://www.lavozdigital.es/opinion/lvdi-tolerancia-cero-201703041937_noticia.html
ResponderEliminar¡Muchas gracias Juan Carlos!
ResponderEliminarUn beso.
¡Chapeau!
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