Juan, nuestra relación no se
entiende y eso la falsea y la pervierte (no sé si será por la diferencia de
edad). Muchas, son cómplices amordazadas
de lo nuestro sin otear el quebranto en nosotros. Otras gritan ¡contranatura!
esgrimiendo la espada de la moralidad –tramoyista beatones-. Nuestra relación,
campo de zapatos perdidos, no está exenta de los misterios de la felicidad y el
lujo de la tristeza. No es noche que es capa para pecadores, es mediodía que es
capilla para justos. Mi cielo, aunque haya un arzobispo que crea que es
alergia, lo nuestro es amor.
Felicidades por tu publicación y lo que publicas: amor sin barreras.
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