El barrio de La Viña, situado al suroeste del centro de la capital
gaditana. La viña un barrio de pescadores, un barrio obrero. El barrio por
antonomasia del carnaval gaditano. Se le reconoce el merito de ser la cuna de las alegrías y los tanguillos,
además de la meca del carnaval: la fiesta más popular. Sus gentes son la
esencia de la idiosincrasia gaditana. Gentes de calle, sus casas abiertas lo
demuestran. Visitar Cádiz y no pasear por la calle de La Palma y la Plazoleta
del Tío de la Tiza que juntas conforman el centro turístico con sus callejuelas
adyacentes llenas de vida, tipismo, sencillez y muy pintorescas, es no haber
estado en Cádiz.
El
paisaje del barrio lo componen varias piezas arquitectónicas construidas con
piedra ostionera sacadas de las canteras del mar: La Iglesia de La Palma, de dónde salió el estandarte de la Virgen
que freno las aguas del maremoto ocurrido en 1755, fruto del terremoto de
Lisboa, salvando al barrio y la ciudad de Cádiz de perecer bajo las aguas,
según cuenta la historia y se refleja en un cuadro conmemorativo en la fachada
junto a la tasca Casa Fernando. Y, La
Iglesia de Santa Catalina (de Capuchinos,
según los viñeros) donde poder contemplar la última obra inacabada (acabada por
un discípulo) del célebre pintor Murillo. La leyenda de su muerte, tal como la
refiere Antonio Palomino, se habría producido como consecuencia de una caída
del andamio cuando pintaba en el convento gaditano de los Capuchinos el cuadro
grande de los Desposorios de Santa Catalina. Los castillos de San Sebastián y Santa Catalina. Ambas
fortificaciones, secciones claves de las defensas de la ciudad, desde donde se
puede disfrutar de atardeceres de ensueño que enamoran a propios y extraños. El baluarte de los Mártires y el de Los
Capuchinos. También, piezas claves de las defensas que desde donde, junto a
otros: San Pedro, San Pablo y La Candelaria, se ocasionó más daño a la Armada
inglesa del Conde de Essex en la invasión de Cádiz en 1556. Ahora, reconvertidos,
uno en guardería infantil y el otro en centro de eventos, marco privilegiado,
al sur de La Caleta, para celebraciones de bodas.
El Balneario de Nuestra Señora de La Palma y El Real, antiguos
baños, edificio blanco sobre la playa de La Caleta. Silueta única sobre la que
es la playa de los viñeros: La Caleta,
playa familiar, perla de los gaditanos y gaditanas, musa de los autores de
carnaval de los que destaca el mítico Paco Alba.
Y es
que la Viña, barrio popular, alegre, de sinuosas y estrechas calles empedradas,
casas de vecinos antiguas con patios donde se respira el Cádiz más castizo, es
lugar para visitar y vivirlo.
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