viernes, 24 de diciembre de 2010

lo que vemos, lo que somos


No somos lo que podemos observar, sino la Conciencia que observa (Enrique Martínez Lozano).
En muchas y diversas ocasiones, me he dicho y les he contado a otras personas, que cambiemos la forma de mirar y nuestro entorno cambiará. Ahora me lo planteo de otra manera: miremos desde nuestro ser para ver genuino nuestro entorno.
En definitiva la dicotomía estriba en si soy YO o es mi mente quien observa.
Pero no se trata de cambiarnos sino de ser nosotros. Cuando soy YO, cuando observo desde un nivel de conciencia más profundo, sin cuestionar ni discernir, percibo el proyecto universal. Es cuando siento mi pertenencia al cosmos y en este sentir es donde me encuentro con todo, conmigo. La convicción de que todo es una red, de que todo influye en todo, y de que la realidad tiene un modelo holográfico, que significa que en cada parte está el todo. Junto con las diferencias de las formas, más allá de ellas, late una profunda Unidad de todo Lo que es.
Partiendo de esta conciencia que observa, hay algo que me inquieta: ser fiel a mí mismo, permanecer despierto, consciente.

martes, 21 de diciembre de 2010

lo sugerente de ser feliz


Ser feliz nos provoca, verdad, muchas emociones.

Ser feliz es un sentimiento muy fuerte de alegría, pero  ¿si me suscita emociones o es elevada por estas? también podría un sentimiento muy fuerte de tristeza generarme felicidad. Ser feliz bien podría ser un sentimiento elevado de placer y, a la vez de dolor.

Con esto quiero llegar a qué ser feliz no es estar en un estado eufórico constante de alegría, ser feliz, para mí, es más estar en constante conexión con nuestras emociones, positivas o negativas, eso es lo de menos. Sentir lo que en cada momento nos acontece con el suficiente sosiego de la mente, quietud de los nervios y armonía del alma.

Resulta atrayente ser feliz. Para la mayoría de las personas ser feliz es una meta, al menos eso nos dicen desde pequeño: estudia mucho para ser feliz de mayor… Resulta atractivo eso de ser feliz. Acabaré mi carrera, me casaré, tendré hijos y seré feliz.

Lo que no nos dicen es que aprender, en sí mismo, nos hace feliz.

Lo que no nos dicen es que el hecho de casarnos no es alcanzar la felicidad. La felicidad nos la da las emociones que vivíamos junto a la persona con la que estamos compartiendo, en cada momento: los momentos alegres y los momentos tristes y en los momentos de soledad compartida y tantos otros momentos cotidianos entre dos personas que se aman.

Lo que no nos dicen es que tener hijos nos hace felices en la medida en que vamos mostrándoles como vivir: la primera palabra balbuceada, los primeros pasitos, quitarles las ruedas de apoyo laterales de la bicicleta… lo que nos hace felices de tener hijos es verles emocionarse con los pequeños gestos de la vida.

La búsqueda de la felicidad (mal entendida) como una meta, digo yo, es una excusa para no vivir las emociones de tristeza o de dolor, para no enfrentar los miedos ni expresar la ira.

Cuando afloren los sentimientos dejémosles expresarse. Es como dejar acabar la vibración de la campana cuando suena. Y sabremos que somos felices en la medida que el sosiego, la quietud y la armonía emerjan de nuestro ser impregnando nuestra vida y el entorno que la rodea.

lunes, 20 de diciembre de 2010

El regalo de ser persona


El regalo de conectar con la emoción de sabernos personas. Ellas y nosotras. Todas las personas, veo yo, tenemos rasgos diferentes, orígenes diferentes, voces distintas, tanto en la cadencia como en la pronunciación, diferentes ritmos de estar, de ser. Pero en la convergencia: PERSONAS. Ni invisibles ni visibles, ni excluidos ni incluidos. Personas con unas realidades individuales y unas realidades colectivas que no serían las unas sin las otras.
Lo que soy conforma mi entorno y mi entorno me modela.
Anoche, después de la clausura de la exposición fotográfica, salimos un par de grupos de personas a pasear con calma por las calles de Cádiz para respirar el aire que las personas que duermen en la calle respiran. Portando termos con caldo caliente con la intención de compartir sus realidades, para mezclarlas con las nuestras.
Dicen: “Detrás de cada persona sin hogar hay una historia. Una vida con mucho sufrimiento, con grandes golpes, batacazos, errores, pérdidas... y ahora están solos, con ganas de nada. Tan solo de olvidar, de tirar la toalla…” Así, así como lo describen, así me he sentido yo en muchas ocasiones. Porque soy persona y me veo en sus ojos con tristeza, con dolor, con soledad, con necesidades.
Por eso y por mucho más, las quiero como me quiero a mi misma.
Y, claro que sí “MERECE LA PENA” vivir.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Encontrar el equilibrio interior

de la Iglesia de San Agustín, Cádiz
¿Qué es lo realmente importante en la vida? ¿Se puede aprender o practicar el "arte de vivir"? ¿Cómo encontrar y mantener el equilibrio entre los dos polos que hay en cada una de las dimensiones de nuestra vida? ¿Podemos llegar a ser ecuánimes?




Algunas claves:
  • Permanece abierto a todo cuanto salga a tu encuentro, pero sigue tu propia estrella.
  • Busca la energía interior en la entrega, no en el ego.
  • Asume tus responsabilidades y fomenta las posibilidades de vida de los demás.
  • Vive tus valores, pero no valores a los otros.
  • Lucha por tus metas, pero busca también la paz.
  • Pórtate bien contigo mismo y abre tu corazón a los demás.
  • Acepta que eres finito, pero no olvides que eres amado infinitamente.
  • Y siente todos los días la ligereza y la alegría de vivir.
Anselm Grün

martes, 7 de diciembre de 2010

tiempos de crisis o tiempos interesantes

No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La Crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos.

La creatividad nace de la angustia, como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias.

Quien supera la crisis, se supera a sí mismo sin quedar "superado".

Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones.

La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar salidas y soluciones.

Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía.

Sin crisis no hay méritos. Es en una crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo.

En vez de esto, trabajemos duro.

Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla.

Fuente: Desconocida y atribuida a Albert Einstein

domingo, 5 de diciembre de 2010

ver, sentir y hacer

Piles, Valencia 2012
Según Stephen Covey, “el ser reactivo es aquel que espera a que otras personas hagan su trabajo ya que él no se siente capaz de realizarlo y realmente no saben lo que necesita”.

En el otro polo tenemos al ser proactivo. Es capaz, se mueve por valores, interpreta la realidad, realmente sabe lo que necesita y sale a buscarlo.

La palabra proactividad, significa no sólo tomar iniciativa, también significa que como seres humanos somos responsables de nuestras propias vidas, de hacer que las cosas sucedan, resolviendo los conflictos que se presenten en la vida, tomando la iniciativa y las decisiones que resulten necesarias.

Eso sí, todo lo que hagamos deberá estar en sintonía con lo que realmente  intuyamos que brota de nuestras emociones. Así como, si queremos cambiar una situación, la situación, deberemos cambiarnos a nosotras mismas con valor y para ello, debemos de cambiar nuestra mirada.

Ver la vida pasar, deseando que pasen cosas de nuestro agrado, sólo puede conducir a la desesperación y la tristeza, sentir que el tiempo sigue transcurriendo y que nuestras ilusiones se van desvaneciendo es morir en vida. Además, este sentimiento muy probablemente empuje al deseo de acabar con nuestra vida, del suave suicidio.

Cambiar el modo de ser, pensar y sentir y hacerlo con una mirada blanda y apreciativa puede ayudarnos a darle sentido a nuestra vida y que fluya agua fresca del manantial, a que nuestras relaciones, para con nosotras mismas y para con las demás, sean sanas y a dar alas a los deseos que tengamos de seguir viviendo día tras día.