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campo santo de Chiclana, Cádiz |
Continuando con mi experiencia de
la creación literaria y aunque alejándome de mi estilo, más de divagar por la filosofía, quiero compartir esta lacónica carta, fruto de la tarea de escribir a la luz de la obra de Rosalia de Castro e inspirada por las palabras
de una residente de la residencia Fragela. La carta la tituló “carta a mi hijo, desde el más allá” -publicada en la revista "Speculum" Revista del Club de Letras. Segunda época, núm. 31 invierno 2018- y reza de esta manera:
Querido Juan: en realidad, no sé
por qué te despacho estas líneas, poco o nada hay que contar. Apenas si he
muerto. Pero tú no te preocupes. Todos tenemos que morir alguna vez, y tampoco
es el final. Muerto sí, pero me encuentro bien. Por cierto, pensarás que soy un
desagradecido, que no te devuelvo las llamadas y es que ya no tengo cuerpo para
levantar el auricular. Ya no tengo apetito y el aire dejó de abrazarme la piel.
¿Recuerdas cuando salíamos con el tractor y la brisa fresca de la mañana nos
acariciaba el rostro llenándonos de vitalidad? Entonces sí que estaba yo vivo.
20 de enero ya. Tengo delante de
mí un almanaque con la imagen del Corazón de Jesús, de esos que reparte el
carnicero de la esquina. El hijo de los Aparicio. Sí hombre, aquel al que tu
madre le gustaba comprar la carne .... para continuar leyendo descargar la revista en pdf:
http://www.cervantesvirtual.com/obra/speculum-revista-del-club-de-letras--0-segunda-epoca-num-31-invierno-2018-921225/
Uno de los textos que has escrito que mas me han gustado. Ya que haces que me salga una sonrisa de un tema tan importante y serio
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