Mientras nos afanamos en subir la escalera de la vida a zancadas, la vida, siempre, va por delante añadiendo escalones.
Decía Lennon: ”La vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes”.
Planificar un camino de vida tiene más que ver con aceptar la vida como es, en vez de forzarla a nuestro antojo. Esto no quiere decir que no nos esforcemos en crecer y hacer de nuestra vida un bocado más dulce. Ya que alcanzar, cada día, una nueva guinda de felicidad es deber moral del ser humano. Planificar y construir, seguir planificando y seguir construyendo, así hasta el infinito. Pensar, sentir y hacer, es la máxima, obligatoria, en nuestra vida y que la muerte nos pille cincelando.
Subir a zancadas como nadar contra corriente nunca fue una gran idea, nos lo dijeron y dicen los filósofos, las eminencias científicas, la comunidad educativa, padres y madres y nuestro sentido común.
¿Por qué entonces, tanto empeño, el del ser humano, por llegar al final de la escalera lo antes posible. Cuando es sabido que en el éxito de subir uno a uno los escalones es donde encontraremos la recompensa al denuedo?
El montañero, el genuino montañero, sabe que la victoria no está en culminar la cumbre sino en llegar a bajar después de pasar por lo más alto. Ya que el premio y el reconocimiento no está en la cima sino en el esfuerzo, en las cordadas abiertas. En seguir el camino. Nadie se queda arriba a admirar su ego. Al menos nadie en su sano juicio. Estar arriba por siempre supone un empeño sobre humano que nos lleva al burnout (según la Wikipedia: El síndrome de burnout es un padecimiento que a grandes rasgos consistiría en la presencia de una respuesta prolongada de estrés en el organismo ante los factores estresantes emocionales e interpersonales que se presentan en el trabajo, que incluye fatiga crónica, ineficacia y negación de lo ocurrido), al montañero a la muerte.
Recordando la letra de la canción: “caminante no hay camino, el camino se hace al andar”, me lleva a esta frase para terminar: “No hay camino de vida si no hay conciencia en estar haciendo el camino”.
Precioso y sabias palabras , si después de leer esto no soy capaz de aprender algo ,es que en mi no hay conocimiento . ENHORABUENA. FANTASIA
ResponderEliminarjajaja, Gracias Teresa!! en realidad no pretendo enseñar nada, así que no te estrujes los sesos intentando sacar un aprendizaje. Dicho esto, claro está, escribo desde el conocimiento empírico. Son experiencias de mi vida. Y, siempre se ha dicho: "Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar" Nos puede o no servir lo que acontece a la vecindad, eso sólo depende de nuestra propia vivencia y si nos remueve lo que vemos, sentimos o intuimos...
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