Para estar dotada de hermosura es
necesaria la autenticidad, aceptarnos como seres imperfectos en cuanto a seres
sociales que somos, y la necesidad de cambiarnos para seguir siendo nosotras -de
despojarnos del disfraz que oculta nuestra verdadera esencia- para no perecer
en la quietud que adelanta la muerte y la extinción del espíritu.
Cambiar, evolucionar para la que
la muerte no nos ciegue la vida en vida. Alejarnos del proceso que nos
domesticó a vivir el sueño de la vida. Un sueño donde nos perdimos de todas
nuestras tendencias naturales y aprendimos a “No hagas estos y no hagas lo otro
y esto sí”. Un sueño dictador aprendido generación tras generación a través de
nuestros ancestros, educadores, culturas, ... Todas buscamos la verdad y la
belleza porque creemos que no esta en nosotras y es porque aprendimos lo que
nos enseñaron: a mirar hacia otro lado, no tenemos ojos para vernos.
Nuestra mente es un sueño que no
deja de hablarnos nunca, de provocarnos neuras, miedos y dramas emocionales. El
95% de las creencias que almacenamos en nuestra mente y fundamentan nuestras
acciones y razonamientos son erróneas. Este inquebrantable libro de leyes -en
la india lo llaman maya y los
toltecas llamaron mitote- nos impide
ver lo que realmente somos, seres de luz.
Para poder salir del erróneo sueño
y despertar a la esencia que somos es necesario ser impecable con nuestras
palabras. Es importante porque las palabras tienen el poder de crear, no tanto
por su significado sino por su significación. Podemos romper el sueño erróneo con
la fuerza de las palabras que pronunciamos al expresarnos, al comunicarnos, al
pensar. Con las palabras podemos engendrar lo más bello y destruir todo en
nuestro entorno. Podemos dar fuerza al sueño erróneo o despertarnos de su
soñolencia. También nos ayudará a despertar no tomarnos nada personalmente ni
hacer suposiciones. Si estoy de acuerdo con cualquier cosa que se me diga su
veneno me corromperá y quedaré atrapada en la quimera del infierno. Nada de lo
que los demás hacen es por nosotras, es por ellas, cada cual vive su propio
sueño de la vida. Si hago suposiciones ocurre que lo que supongo lo doy por
cierto y me elaboro un problema al comprender las cosas inexactamente y acabo creando un drama de nada. El gran mitote
de la mente crea un enorme caos que nos lleva a interpretar las cosas desde
nuestra mirada equívoca, - vemos lo que queremos ver y oímos lo que queremos oír-.
referencia:
"los cuatro acuerdos", Dr. MIguel Ruiz
Me ha encantado, una vez leído en casa con tranquilidad.
ResponderEliminarNos vemos
Hice un curso de Silencio este fin de semana en Amazul. El mediador era Nick Arandes.
ResponderEliminarLeyendo tu "Sueño de la Vida" me recuerda lo que experimente.
Creemos que la verdad y la belleza no están en nosotras y las buscamos en los demás... nuestra mente es un sueño que no deja de hablarnos nunca.
Nick hablaba de cambiar nuestro sistema de pensamiento, tu hablas de sueño erróneo.
yo empecé a buscar las respuestas en el Silencio y me aproxime a la meditación y no se puede poner siempre palabras a lo que se siente.
Gracias a ti.
besos
Puri
Muy buenas tardes Juan Carlos, esta claro que te ha dejado un señal que resuena en tu interior el libro de los Cuatro acuerdos. Los Toltecas tienen una gran sabiduría que esta fuera del tiempo y nos ilumina en nuestro momento.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y tenemos pendientes 30 cafés y 20 cervecitas.
NAMASTE