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Iglesia de San Antonio y plaza del mismo nombre, Cádiz |
Tras la visualización de este magnífico vídeo "La plaga de la Soledad" me surge esta reflexión: en mi opinión, pone en evidencia el peligro de enfermar de soledad al
vivir en ciudades cosmopolitas
La soledad es un mal endémico de nuestras sociedades vanguardias,
progresadas. En general, el progreso, que nos trae las comodidades asociadas a
vivir en ciudades del mal llamado primer mundo, viene acompañado de aislamiento
para las personas. Nos venden la individualidad como bienestar y no es así. A
más individualismo más soledad. Una soledad que no es buscada ni deseada y que
causa enfermedades del alma, psíquica y física. En mi opinión, lo que este
vídeo nos muestra es que la cura a la soledad viene de la mano de la vecindad,
de recuperar la convivencia comunitaria, familiar y de amistades. De compartir
espacios y tiempo. De entrar en contacto directo con la otra. De saciar la sed
de piel y calmar la ausencia del uso de la palabra.
El denominador común de las relaciones, y que define a la
especie humana, es el uso de la palabra hablada. Hablar con otras personas,
mantener conversaciones más o menos amenas, da lo mismo, hablar con alguien que
nos escuche, nos devuelva y nos confronte. Hablar para reír o para llorar, para
no aburrirnos, para crecer, para aprender desde la opinión de otras. Hablar
para desahogarnos y callarnos para permitir el desahogo de la otra. Sentarnos
frente a frente, cara a cara, en la distancia corta. En ese territorio donde la
palabra encuentra sentido, significado y significante. En definitiva, hablar
con otras para curar la soledad es la medicina que nos sanará de este mal pandémico:
la soledad asociada a la dinámica de vida “prosperada”.
gracias!