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jedsada tangtrakulwong, Línea de Costa |
Necesito meter el cuchillo al
oleaje incesante de mensajes tóxicos que me llegan desde fuera. Un ronroneo
constante que me provoca un movimiento no natural en contra de mis propias tendencias
instintivas, intuitivas y espontáneas. Un rumor que me ciega y desconecta. Una
manipulación de mi mente difícil de evitar si no cierro las puertas y ventanas
por donde se me cuela.
Me urge dar un tijeretazo a la
contaminación informativa llena de mensajes subliminales, sesgada y pro-ideológica,
que me inunda he invade. Una información
que me desinforma. Información instrumentalizada por poderes facticos ilegítimos
que no convergen con mi salud. Esto solo
tiene una respuesta: la desconexión completa de los canales virulentos.
Preciso bajarme de esta ola que
me obliga sobre su cresta y que irremediablemente acabará rompiendo contra la
playa dejándome varado y/o aún peor arrastrándome en su resaca para volver a surfearme
una y otra vez sin descanso para que no pueda recuperar el aliento y tomar píe
a tierra.
Quiero descontaminarme,
desempolvarme, higienizarme y acicalarme. Y para ello, es imprescindible una
abstinencia y desintoxicación del aire viciado que me aporta la ventana
de los medios de comunicación al servicio de intereses lúgubres. Tras años de estar sometido al
embobo, atisbo difícil y dolorosa la
tarea de romper ataduras con las redes neuronales infectadas y construir
entramados inocuos fuera de los barrizales y pozas fecundadas e incrustadas en el
inconsciente.
Si bien es cierto, llevo la tarea
adelantada. No es de ahora el despertar a lo que narro, no es de ahora la toma
de consciencia. Lo que sí es ahora es la imperiosa necesidad de dar un paso adelante,
un paso exponencial que con la fuerza de impulsión suficiente me saque de esta
órbita limitada para abrirme a un universo interior ignoto que,
además me posibilitará apertura y humildad abundante para aceptar la tendida mano del hermano eterno.
Esto que dicho así pueda parecer
el gordo de navidad tiene que aterrizarse en acciones terrenales y aptitudes
concretas. Como primeras medidas, desde hoy, con respecto a lo externo: apartarme
del Twitter y el Facebook, la televisión, la prensa escrita y las compañías no
nutritivas, repetidores voceros y altavoces de la lobreguez. Y un primer paso, quizás más complicado, el observarme e
identificar qué hay de real y alimenticio para el aquí y ahora en los cuentos
que me cuento para seguir conectado a todo lo anterior.
!!Ahí es nada¡¡